Coca Cola ¿en bolsa?

 

Hace tiempo que las marcas se convencieron de que la caja donde colocaban sus productos era algo mas que una necesidad, era una oportunidad de poder transmitir muchas cosas: las instrucciones de uso, ingredientes… Pero sobre todo, la personalidad, el espíritu del producto, sus valores, etc. El packaging es uno de los principales elementos sobre los que podemos actuar de cara a transmitir nuestra marca, y encima, lo bueno es que lo tenemos controlado al 100%, porque es solo responsabilidad nuestra.
Pero… ¿Qué hacemos cuando nuestros consumidores deciden tirar a la basura el Pack que con tanto mimo hemos cuidado y que nos ayuda tanto a construir nuestra marca? ¿Que pasa cuando encima estamos en un mercado donde lo esencial es precisamente la marca, puesto que las diferencias objetivas entre nuestro producto y el de la competencia, por mucho que digamos lo contrario, son mínimas.
Este es precisamente el escenario al que Coca Cola se enfrentaba en El Salvador. Los consumidores se habían acostumbrado a beber los refrescos en BOLSA. Si, las «tienditas» de la calle entregaban el refresco en una bolsa de plástico con pajita, para evitar tener que pagar por el coste de la bella retornable. Y no hablamos de un hecho residual, no. El canal minorista supone un 80% de las ventas de Coca Cola en el país. Así que tenían a un montón de gente bebiendo su producto en una bolsa de plástico, sin marca, sin ser capaces de diferenciar si bebían Coca Cola, Pepsi o Hacendado.

¿Cuál fue la solución que tomaron? reinterpretar el diseño de la clásica Contour Bottle, uno de sus más esenciales activos de marca, y adaptarlo a una bolsa de plástico, que repartieron entre los comerciantes para que la ofrecieran a sus clientes. Los clientes encantados, porque ofrecían un extra a los consumidores, los consumidores también encantados, pues la bolsa es más cómoda que lo que venían usando hasta hoy, y la compañía se aseguraba la presencia de su logo allí donde bebieran Coca Cola. Además, la bolsa estaba fabricada en material biodegradable, contribuyendo así con el medio ambiente.

El éxito de la idea fue tal que pronto se extendía al resto de Centro América, donde la práctica de las bolsas era también habitual.

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Acerca de José de Isasa

/ Apasionado por la Comunicación
// Loco por los gadgets y todo lo digital
/// Director de Comunicación de Shine Iberia
//// Profesor de Marketing en IE University, School of Communication